sábado, 16 de enero de 2016

EL TERREMOTO DE COSTA RICA DEL 27 DE FEBRERO DE 1916.



EL TERREMOTO DE COSTA RICA DEL 27 DE FEBRERO DE 1916.

Por Don J. Fidel Tristán, Secretario del Centro de Estudios Sismológicos,
San José de Costa Rica. Traducción del Bulletin of Geological Society.

No estaban disponibles los sismogramas del Observatorio del Servicio Sismológico Nacional para el estudio del terremoto del 27 de febrero de 1916, a cargo del ingeniero Rafael Tristan. Desafortunadamente el sismógrafo no ha estado trabajando desde hace algún tiempo debido a que la batería eléctrica está totalmente agotada, y el papel  especial para el cilindro se había agotado. También se obtuvo ayuda de telegramas recibida en el observatorio, mientras que la información proporcionada por la prensa fue bastante completa, aunque la mayoría de los datos publicados no tienen valor científico.

Desde el terremoto ocurrido el 29 de noviembre de 1915, a las 11:08 pm, con una intensidad de IV, solo se registró un pequeño sismo el 12 de diciembre a las 8:25 pm, con una intensidad de II. Desde entonces, y durante todo el mes de enero del presente
año, todo ha estado tranquilo, sin tener en cuenta los microsismos. Lo mismo no se puede decir del mes de febrero. El día 23 se sintió un sismo con una intensidad de II, y me enteré que en Puntarenas se sintió otro sismo de corta duración el día 25, a las 21:00 horas. A las 2:47 pm el 27 de febrero de 1916, se hizo sentir en casi todos partes de la República un terremoto violento y prolongado, con una amplitud que no se había registrado nunca antes. El movimiento duró dos minutos y treinta segundos, mientras que el movimiento perceptible duró cincuenta segundos.

De acuerdo con el sismograma de la máquina Ewing, después del temblor que duró veintiséis segundos siguió un vaivén con una gran amplitud en dirección noroeste-sureste que aumentó gradualmente hasta que uno podía ver el oscilatorio y ondulante vaivén de los edificios y los árboles. La lentitud de las vibraciones permitió que casas y otras cosas siguieran el movimiento sin perder el equilibrio, y por eso los objetos sueltos se movían de sus posiciones. No hubo daños en los edificios de la Capital o en otros lugares de la costa Atlántica. El movimiento muy pronunciado hacia arriba y hacia abajo produce en las personas una sensación peculiar de náuseas. No hubo ninguna réplica fuerte sentida durante el día, la mayoría de las personas se sorprendieron por sus sensaciones, y sólo unos segundos más tarde se dieron cuenta de que era un terremoto, pues tenían a atribuirle las náuseas a otras causas. En algunos casos las náuseas fueron tan fueres que provocaron el vómito. El agua de las corrientes y barrancos se detuvo y se lanzó sobre ambas márgenes a  una distancia considerable, y en muchos casos se embarrialaron por los deslizamientos de tierra.

Los datos del Observatorio:

Este sismo se registró en el observatorio a las 2:47 p.m.; VI  de intensidad. La duración total de la choque fue 2 m y 30 s. La dirección principal del movimiento oscilatorio fue noroeste-sureste. La amplitud máxima del movimiento oscilatorio estaba en el componente norte-sur 41 mm. La amplitud máxima de la componente este-oeste fue de 36 mm. El temblor duró 26 segundos, y se  compone de una serie de vibraciones muy rápidas, con su mayor amplitud de este a oeste; acompañado por un movimiento marcado de tremor. Después de las cuatro oscilaciones muy fuertes, se produce un movimiento de basculamiento de amplitud muy grande en una marcada dirección noroeste-sureste, con grandes ondas, unos 19 segundos después de la fase principal, hasta tal punto que la aguja que marca la dirección este-oeste saltó del disco. El balanceo fuerte se propagó por 5 segundos.

La aguja norte-sur continuó registrando el movimiento de balanceo lento de gran amplitud. La amplitud del tremor fue también muy marcada, y tenía un máximo que causó las agujas horizontales hicieran una serie de puntos. Esta fase duró 50 segundos, y fue percibido por todas las personas. El gran movimiento de balanceo y tremor causó las náuseas que sintieron muchas personas.

La fase final del terremoto se prolongó durante 74 segundos, y se caracterizó por tener un movimiento de tremor que duró aún más tiempo hasta que el disco del registro se detuvo.

Este terremoto de epicentro distante, afectó una zona sísmica muy amplia, debe haber incluido gran parte de todo el país. A las 3:34 se registró un sismo con una intensidad de II, y a las 4:31 otro se registró también con una intensidad de II.

La zona del terremoto:

En la parte norte de la República de Costa Rica el choque fue muy intenso en ambas costas, pero fue más fuerte en el lado del Pacífico. Se informa que se ha dejado sentir en Managua, Nicaragua, aunque no hubo ningún daño. Se sintió en Limón y en la meseta central. No hay informes de que se sintiera en el sur del país, pero es probable que se sintiera en la República de Panamá.

En San José la intensidad correspondió a VII en la escala Rossi-Forel. Se incrementó hacia el Pacífico, y en Alajuela y San Ramon algunos edificios fueron dañados. En la parte noroeste de la provincia de Guanacaste, la intensidad alcanzó IX, con destrucción parcial o total de algunos edificios. En Limón la intensidad fue IV.

La región afectada:

Los datos obtenidos en lo que respecta a la intensidad no tienen ningún valor, debido a que nuestros corresponsales no están familiarizados con la escala Rossi-Forel. Por lo tanto, es imposible establecer las curvas de isosistas para determinar la región epicentral. Es evidente, sin embargo, un aumento de la intensidad hacia el noroeste en la costa del Pacífico. El daño causado es mayor en las ciudades de la parte noroeste de la Península de Nicoya. Estos hechos nos permiten fijar el área epicentral en una región comprendida entre la gran bahía Culebra, la Península de Santa Helena, Punta Gorda. En Sardinal, hay siete kilómetros de costa que sufrió mucho, y en Santa Cruz, treinta y tres kilómetros hacia el interior, las torres de la iglesia fueron derribadas. En el Coco, el sismo fue muy grave, y se hicieron grietas en el suelo.

El epicentro:

De acuerdo con los hechos anteriores, el epicentro abarca una zona muy grande y extendida hacia el mar, y por esa razón no puede ser determinado, porque en el mar no hay rastros de los efectos, y en otros lugares las observaciones son muy escasas. Los datos recibidos van a demostrar que en el Coco y Sardinal la intensidad fue superior IX, lo que demuestra que estos lugares estaban en el interior de la zona epicentral, cuyo centro o epicentro estaba bajo el mar a cierta distancia de la costa. Con el sismograma Ewing se puede determinar aproximadamente la posición del epicentro. La fórmula de Omori da una distancia de 227 km desde el observatorio. De San José hasta Playas del Coco son 194 km en línea recta, de modo que el epicentro se ubicó a 33 km de la costa. Teniendo en cuenta la dificultad de localizar con precisión la fase previa o temblor de las fases principales con el sismógrafo Ewing, se asume que la distancia debe ser menor, y puede ser establecido como en aproximadamente 25 km de la costa. El epicentro real no es un punto matemático, sino una zona que puede tener muchas formas, cuyas dimensiones en este caso no son conocidas. En vista de la gran zona afectada, es de suponer que el foco o hipocentro del terremoto debe haber estado a gran profundidad.

Sonidos del Terremoto:

En mis investigaciones, se determina que no se escucharon sonidos en la meseta central antes o después del terremoto, En Santa Cruz, el Sr. Lauro M. Leal dice que el terremoto fue precedido por "un cavernoso gran estruendo", y el Sr. I. Ibarra, que estaba navegando en frente de Papagayo en el momento, dice que "escuchamos diversos sonidos extraños distintos de los producida por el viento. Ninguna de las otras comunicaciones recibidas menciona ruidos. Es evidente por lo tanto que estos sonidos se produjeron sólo en la zona epicentral.

La naturaleza del fenómeno:

La idea de que este terremoto tenga relación con los fenómenos volcánicos no se puede admitir, puesto que no se ha recibido noticia de ninguna manifestación volcánica. En la península de Nicoya no hay un volcán activo, y los que lo hacen existen en la Cordillera Volcánica del norte, y no han mostrado signos de aumento actividad. Por otro lado si se tratara de una erupción submarina, debe haber sido formidable para haber producido tal terremoto, y no hay evidencia de tal fenómeno. En el presente caso, la acción volcánica está totalmente descartada.

El gran terremoto del día 27 y los que siguieron inmediatamente después, deben ser considerados como de origen tectónico, es decir, con los hipocentros a grandes profundidades y, a cierta distancia de la costa. A pesar de la gran violencia del terremoto, el equilibrio fue restaurado muy rápidamente, lo que no ha de entenderse en el sentido de que este fenómeno no se repetirá en el mismo lugar. El 21 de julio a las 19:00, a las 3:14 pm, se hizo sentir en la misma región un siso fuerte que causó daños considerables. El periodo sísmico duró casi dos meses. El terremoto del 27 de febrero fue muy parecido al de 1900, y sin duda tenía el mismo origen.

Esta es otra zona inestable que no está incluido en la Geografía Sismológica del Conde de Montessus de Ballore, por lo tanto, debe añadirse al mapa sismológico de Costa Rica.


EL TERREMOTO DE AYER Y SUS CONSECUENCIAS

Diario La Información, Lunes 28 de Febrero de 1916, Año VIII, N° 3418

El movimiento sísmico se produjo con más violencia en Puntarenas y la Provincia de Guanacaste, donde cayeron algunos edificios sin ocasionar desgracias personales. En Santa Cruz, el temblor destruyó el templo y causó muchos daños materiales en la población. En Puntarenas se derrumbó una gran bodega y toda la cristalería de una botica. En Nicaragua no ha ocurrido nada extraordinario.

Vamos a dar los amplios y completos del terremoto de ayer y sus consecuencias que dichosamente no han sido fatales, pues hasta la hora no hemos recibido noticias de que se hayan presentado desgracias personales en ninguna población de la República. Sí el miedo cundió en todos los ánimos y, recordando los efectos de la horrible catástrofe de 1910 en Cartago, cada cual huía despavorido en busca de lugares abiertos y alejados de edificios de mampostería para ponerse sobre seguro; fueron esos tres minutos que duró el temblor de horrible pesadilla; a ello siguieron otros muchos minutos de sobresaltos y nerviosidades. Una hora después del terremoto había en las esquinas la mar de gentes que no se atrevían a entrar a sus casas de habitación; nos referimos a las familias que habitan en edificios de adobes o de mampostería, que son, por desgracias, los más de San José. Muchas de esas familias prefirieron pasar la noche de ayer durmiendo en tiendas de campaña y galerones, antes que hacerlo en sus casas.

Juan Bautista Romero Casal, corresponsal de Puntarenas, informa que el terremoto ocasionó daños materiales de mucha consideración y produjo pánico en los vecinos, que no obstante habitar en casas de madera, las abandonaron; la tierra formaba ondas y por momentos creímos que esta pequeña península sería sepultada por las aguas del estero y del mar, pues en esos momentos se levantaron olas gigantescas en uno y otro lado. Cayó la bodega de don Napoleón Soto, edificio que medía 50 varas de largo por 25 de ancho; pertenecía a don Agustín Guido. El señor Soto ha perdido un capital en mercaderías, se estiman las pérdidas en 15 o 20 mil colones; al desplomarse el edificio se produjo un ruido infernal que se oyó en toda la ciudad, lo que contribuyó a aumentar el pánico en el vecindario. La baranda de hierro y el portón del Hospital también cayeron. En la botica de del señor Grillo la frasquería se vino al suelo. Cayó parte de la casa de doña María de Guevara; también cayó una de don León Csares; asimismo la cocina en el Hotel Moderno.

La región más terriblemente azotada ha sido la de Guanacaste; pareciera que allí hubiera sido el epicentro de semejante fenómeno sísmico, como pocos registra la historia de Costa Rica, en lo fuerte y extenso que ha sido. Bastante triste y desconsoladoras son las primeras noticias que nos llegan de nuestros corresponsales de todas las poblaciones de importancia de aquella provincia; los daños materiales ocasionados por el terremoto son de mucha consideración. En Santa Cruz, al temblar se sintió como bofo el suelo, da espanto caminar por temor a que se pueda abrir en cualquier momento la tierra. Mucha gente que en el momento del terremoto caminaban por las calles cayeron. El temblor destruyó el templo, al desplomarse, las paredes produjeron un ruido infernal y el polvo cubrió la población que quedó casi en tinieblas, se cayeron las torres con todo y campañas; estas no se dañaron. La imagen de Esquipulas, patrón de este lugar, otra imagen y un altar quedaron dañados Cayeron algunas casas, de casi todos los edificios se deslizaron los techos que cayeron a la calle donde hay desparramadas mucha teja y latas de zinc.

En Playas de El Coco, las casas se mecieron como hamacas, se cayeron las tejas, el ganado huyó espantado y la playa se rajó en dirección Este a Oeste, formando la rajaduras líneas paralelas, de una o dos pulgadas de ancho por largos diferentes. En el estero de El Coco las rajaduras son de forma cuadriculada y ancha, en partes de una cuarta.

En Sardinal el terremoto destruyó la iglesia. Las paredes laterales y la del fondo permanecen en pie. Habrá que botarlas. De todos los edificios cayeron las tejas; una casa de adobes quedó en pésimo estado. El Ganado se acostó en los momentos que se produjo el terremotazo y bramaban desesperadamente; se de jinetes que en esos momentos trabajaban en los campos que cayeron al suelo con sus cabalgaduras, arrojados por el gran bamboleo de la tierra, que fue espantoso. En establecimientos comerciales y casas particulares ocasionó daños de consideración.

En Liberia se cayeron las paredes de algunos edificios viejos, la mayor parte de las casas muestran rasgaduras en las paredes. El edificio que ocupan las oficinas judiciales, correos y telégrafos quedó ligeramente dañado. Sufrieron serios daños el Cuartel, la iglesia y la cárcel. En la Cruz, las pilas del telégrafo fueron destrozadas.     

El capitán de la embarcación Isabel Ibarra dice que frente a la costa de Papagayo con buena mar y viento inmejorable, de repente se produjeron olas como montañas; me fijé a la tierra y vi que los cerros se bamboleaban lentamente. Noté fuertes ondulaciones en una planicie cercana. Se produjeron en aquellos momentos ruidos diferentes a los producidos por el viento.

En Tilarán, se confirma un informe anterior, que indica que la Cordillera está cubierta de denso y azulado humo. Según noticias que llegan de allá, en aquella población ha caído lava. Es en esta opinión general que el temblor fue producido por el cerro volcánico de El Arenal, donde se juzga existe un volcán. En Tilarán hace un frío espantoso. La claridad de anoche en el cerro dejó ver un intenso resplandor y a las 7 p. m. hubo gran exhalación.   

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